domingo, 18 de agosto de 2013

Regalos de Navidad (Kate)

Estaba sentada pensativa mirando la computadora. Estaba claro que hoy no avanzaría mucho en el proyecto, porque la realidad es que mi mente estaba en otro lado. Ya habíamos relevado los VF-11 nuevos, parecían excelentes, así que salvo algunos chequeos de rutina y algunas reparaciones que había que hacer a las naves tras los incidentes de Australia, el grupo técnico contaba con una relativa tranquilidad. La nave estaba lista para partir, habíamos colocado el sistema que faltaba, y en estos días lo habíamos verificado hasta saber que quedo listo.
Pero mi mente seguía en otro lado. Repetía la escena mentalmente, al menos, dos o tres veces cada pocas horas. ¿Tendría que haberlo matado? ¿Y si lo entregaba? ¿Y si le pedía a Igor que lo sacara? No... Yo hubiera hecho lo mismo que él en su lugar. Pero me pesaba la muerte de Sean Phillips. Él era un maldito héroe del 15º Escuadrón. Y yo lo había matado. A un tipo que admiraba. Sabía que era lo mejor, sabía que de esta forma le estaba dando una nueva vida al proyecto de la Cruz al neutralizar, suponía yo, a uno de los líderes insurrectos. Pero él también tenía razón en varios de sus puntos. Lástima... lástima que su visión fuera tan pequeña. Y que hubiera olvidado parte del honor que caracterizaba a la Cruz.
Dejé el proyecto avanzando casi nada, el viaje al espacio me iba a dar tiempo para trabajar en él. Revisé la bandeja de correos... no tenía respuesta de Ed, ni de los por lo menos quince mails que le había mandado a Hank. Por Dios, que él estuviera bien. Era algo que me tenía muy preocupada. Hank era uno de los pocos amigos que me quedaban del pasado, y me rehusaba a pensar que estaba muerto.
La bandeja de salida me recordaba que ya había mandado un mail informándole a los técnicos que íbamos a jugar un Santa Claus secreto como dijo el Teniente Ono, pero entre nosotros el staff técnico. Era una buena forma de unir un poco a los muchachos, y les avisé que antes de partir haríamos un almuerzo entre todos, los que iban y los que quedaban. Quería que reine un buen clima. Así que, sin demasiado que hacer y sin ánimo para trabajar, me fui de compras.
El modelo de lentes negros para Mark ya me había llegado. Por suerte, pude incluir las pavadas que quería que tuviera: un led en el lente para desplegar información, el zoom y el equipamiento de visión nocturna. Era todo tan chiquito que costó enhebrar todo... esperaba que Mark no rompiera todo el día que tuviera que explicarle cómo funcionaba cada cosa.
Las espadas todavía no, pero llegarían. Pedí dos daishos. Uno era para mí, una katana hecha con los mejores materiales, trabajada de forma ancestral... y con la tecnología de punta de la UN Spacy. Ambas fundas contaban con una cruz, pero una era roja y amarilla y la otra era verde y azulada. Estoy segura que a él le van a encantar.
Compré para Ono esos modelos de los veritechs de la Cruz en metal. A Ono, creo, le iban a gustar. Así de paso aprendía las porquerías que teníamos en el pasado. Para Rand y Rook compré una biblioteca llena de clásicos: era la forma en la que les diría que se consigan un hogar. A ellos les encantaba viajar por todos lados, pero quería que tuvieran un lugar para ellos. Un lugar que llamaran hogar. A mi cuñada y a la hermosa de mi sobrina les compré ropa. Lilly iba a querer algo más, pero cómo no sé qué le gusta, opté por dejarle un puñado de billetes en la ropa.
Con Scott y Ariel seguí un principio similar al de Rook y Rand: les iba a regalar una Flor de la Vida de mi colección. No me quedaban muchas, por suerte el antídoto soviético había salvado a las pocas que tenía. Iba con un hermoso macetero para que instalaran en su hogar, que iba siendo hora de que tuvieran uno. A mi buen amigo Lancer le mandé una botella del mejor licor que pude comprar... nadie mejor que él iba a saber apreciarlo.
Para mis técnicos compré una botella de un buen vino para cada uno. También para varios de los pilotos: Paola, Maia, William, Zeddox, Pierce y otros con los que tenía un trato mayor. Y a mí Santa Secreto, que al final me tocó Danya Zaitseva, una de mis técnicas preferidas. Por suerte. Le compré una blusa muy elegante, no era una blusa que la hiciera ver mayor pero tampoco era de jovencita, así que iría genial. Y de regalo extra les daría unos días libres para que pudiera tomarse con el marido y la hija. Y le compré ropa a Ed y un peluche a su hijita, a la que todavía no conocía.
Y dejé el regalo final: un holopendiente. Sería para Vaz. Tenía tantas dudas de lo que iba a hacer, pero el otro día lo vi mal. Lo encendí:
Quiero que sepas que siempre que necesites algo, lo que sea, una sonrisa, un apoyo, un comentario, una idea, un abrazo, me lo digas. Sabe, Vassilij Nevsky, que yo siempre voy a estar a tu lado porque, la verdad sea dicha, yo siempre te voy a amar. -Y sonreí- No te olvides nunca de mí.
Era algo fuerte, pero yo necesitaba llegar a algo. Los últimos tiempos habían sido duros, muy extraños. No quería exigirlo, pero entre la decepción que me causó su rechazo inicial, su convicción de que yo lo había abandonado, mis sentimientos que habían vuelto a aflorar, porque la realidad es que él y yo nunca terminamos nuestra relación, y el hecho de vernos frecuentemente, hacían que yo necesitara saber dónde estaba parada. Necesitaba saber si podía esperarlo, si podía buscar otros horizontes para mi vida... si me necesitaba. Había sido la pareja más duradera de mi vida, la que me agarró en un período de madurez, una en la que había depositado muchísimas esperanzas en su momento y que había sido abruptamente cortada. Escribí una carta para él.
Hola Vaz. Quizás te estés preguntando el porqué del mensaje. Es la verdad, pura. Esos son mis sentimientos. Creo que todavía te amo y quisiera tener una nueva oportunidad a tu lado. Pero entiendo que pasaron muchos años entre nosotros, que no sos la misma persona y que estás con problemas personales. Aun así, quiero acercarme a vos, incluso aunque me toque salir lastimada. Y si no queres estar conmigo como tu pareja, espero que al menos me aceptes como tu amiga....
Tiré la carta a la basura. Me parecía demasiado "dulce" y... no sé, me dio la sensación de que no estaba planteando la relación de igual a igual. Tenía que reformular el holopendiente. Decir algo que sintetice lo que siento, no fuera demasiado abrumador, y se sintiera como algo que dijera "si vos queres". Estuve un rato largo pensando qué decir. Después de un tiempo, un sencillo registro vino a mi mente. Tenía que ser algo que quizás él chequeara cada tanto, no un mensaje de momento, sino algo atemporal.
Grabé un nuevo registro en el holopendiente:
Empecé mirando el registro y sonreí. En el caso de funcionar como recordatorio, tenía que dejarle una sonrisa alegre.
Vassilij Nevsky... Te amaré por siempre.
Ahí terminé la grabación. Era clichado pero directo. Revelaba mis sentimientos, era atemporal, si él no quería estar más conmigo, al menos que supiera lo que yo sentía. Empecé una nueva carta:
Feliz navidad, Vaz. Ojalá cuando quieras abrir tu corazón, dejes que yo sea quién abra la puerta.
Guardé las cosas. Se las daría en navidad. Y llegaría a saber dónde estaba parada.

El pasado que siempre regresa

Lucy

Que buena pileta que tiene mi casa... podría quedarme acá por horas... aunque debería ayudar a Albert a acomodar todo este quilombo... menos mal que es mi día libre. Un poco de distracción no me va a venir mal, no tengo ganas de acordarme que ayer Paola desapareció por ahí... ¿por qué me está empezando a afectar eso? A ver... es su vida no la mía...
Maldición, creo que eso es lo que me molesta.
Empecé a levantar botellas vacías del suelo y a ponerlas en bolsas de residuos, menos mal que nadie había vomitado en los sillones. Por cierto, ese desayuno me salió caro, pero mis hombres se lo merecen, hicimos una buena fiesta. Ono sí que sabe musicalizar...

Bueno, si me muero en la misión de reconocimiento al menos mi casa tuvo un buen estreno.

No me di cuenta de que había entrado Albert hasta que estuvo casi al lado mío.
-Señor...
-Ah! Albert! creo que desordenamos un poco la casa... pero no te preocupes, yo te ayudo. Me parece que me voy a encargar de ir a hacer las compras para llenar de nuevo la heladera.
-Como usted diga señor...- dijo mirando el desastre que había alrededor. Bueno, no se podía quejar, hasta ese momento ni había ido nunca a la casa. Además le pagaba bastante bien.
-¿Dónde habrá dejado Kate mis tarjetas...? ¡Ah! acá están...
-Señor, puede hacer el pedido y que se lo traigan...
-Mmmm prefiero salir un rato, necesito un poco de aire.
Linda estaba en el patio de atrás que había pedido específicamente que fuera bastante grande justamente para estacionarla ahí cuando iba a casa. Saqué el ciclón y lo encendí, agarré la campera de repuesto que tenía en el compartimento para guardar boludeces y me la puse, estaba algo fresco.
Llegué a los pocos minutos al centro de Macross City, podía llamarse igual pero no era en nada parecida a mi ciudad natal. Entré a una tienda de bebidas alcohólicas y empecé a mirar que había, tenían de todo, licores, cervezas, alguna bebida exótica de colores extraños... quizás me llevara alguna...
Al final fui a lo clásico, me llevé dos botellas, una de cerveza y otra de whisky y le dejé a la cajera el papel con lo que tenían que llevarme hasta casa, eran muchas cajas, ni en pedo las podía llevar en el ciclón.
A la vuelta no tomé la carretera, me metí por los barrios nuevos de la ciudad, había casas enormes como la mía pero también otras pequeñas, varias eran iguales y tenían jardines al frente bastante cuidados. La Tierra por fin se estaba volviendo a acomodar, después de tanta guerra... y esos malditos de la Cruz del Sur queriendo tirar atómicas... menos mal que la inglesita frenó una y Lucius, Zack y yo las demás... 
Eso me recordaba que todavía no había escrito el condenado reporte, Kate quería que no mencionara a la Cruz del Sur, pero cómo iba a poder ocultar esas atómicas... los almirantes no eran tan estúpidos... en fin, iba a tener que pedirle ayuda a Rick... después de todo los bajamos a todos, al menos a los que vimos, así que no debería haber mayores inconvenientes...

Frené en un negocio de plantas, por suerte era un negocio que tenía algunas plantas exóticas traídas de otros planetas. Le pedí la planta más exótica de las que tuviera y me dio una de la que no tenía idea de cuáles eran sus propiedades. Bueno, Kate ya las descubriría. Voy a tener que darle este regalo por anticipado, lo más probable es que se me muera la planta si intento cuidarla yo...
"Kate, tengo tu regalo de navidad, pero te lo tengo que dar anticipadamente. Avisame cuando despiertes que te lo llevo".

Eso me recordó que la joyería me había mandado un mail la semana pasada de que ya estaba lo que había encargado para Paola... no quedaba lejos de ahí...
La verdad era que los viejos no se equivocaban, ese joyero era de los buenos, el VF-4 de oro en miniatura tenía todos los detalles... Hasta el grabado estaba hecho con una linda tipografía.
"Llegamos, fuimos y volvimos juntos (fecha)"
Aunque la verdad ahora no sé si debería regalarle esto... Evidentemente ese día significó mucho más para mí que para ella... en fin, quizás Kate pueda decirme si es mejor que le regale otra cosa... Ella es mujer y debería entenderlas más que yo.
La realidad era que nunca había hecho regalos tan personalizados nunca... realmente esto me está afectando...
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Mi casa se veía genial desde lejos, posta que parecía una mansión de esas de los famosos. Casa y Albert me hacían sentir como un millonario a lo Batman ¿Qué habrá sido de mis comics? Ya ni me acuerdo que hice con ellos, probablemente los tiré todos cuando me fui en la Expedición Pionero...
Eso me recuerda que debería vender mi casa de Tirol, aunque por el momento me parece mejor que no, ya veré que hago con esa casa. Igual no era nada comparada a esta, era mucho más chica, con suerte para dos personas, y acá tenía habitaciones para fácil 20 personas... bueno, después de las fiestas como la de anoche no viene mal tener habitaciones extra.
Soy un boludo, no le compré nada a Max y a Rick... pero la verdad es que no tengo ni idea de qué regalarles para navidad... que jodido... ya sé, les voy a decir de ir a comer los tres a algún lado y yo invito. Espero que puedan hacerse un tiempo, hace bastante que no nos juntamos los tres... A Pierce debería regalarle algo también, y a los viejos obvio... A los viejos es fácil, los invito un día a tomar algo a algún bar copado. Y a Pierce, ni idea... por ahí le puedo preguntar a Paola, ella debe saber qué le gusta, después de todo estuvo como dos años saliendo con él... posta, o fueron muy cuidadosos o yo soy demasiado distraído... me parece que ambas. Además Pierce fue bastante cuidadoso como para no contarme qué había pasado entre ellos. Mejor dejémoslo ahí, no sé por qué pensé en eso de repente. Debe ser que tengo sueño...
Me fijé en el celular si tenía mensajes pero Kate debía estar bien dormida porque no me había respondido. Mejor, así podía dormir algo yo también. 
Cuando llegué a casa Albert ya estaba limpiando el living, obviamente era el lugar más desastroso de la casa. Dejé las únicas dos botellas que había llevado en el bar. 
Me estaba faltando el regalo de Zedox, ah... creo que ya sé... un juego de pesas, las va a necesitar si se está peleando con William. ¡Uh cierto! A William también le tendría que regalar algo... seguro le copan unos guantes de boxeo profesionales. Mejor compro algunos regalos extra porque seguro me estoy olvidando de alguien...
-Señor... señor...
-¡Ah! Albert, perdón, estaba pensando en qué carajo regalarle a mis amigos en navidad...
-Iba a decirle que la heladera sigue vacía...
-Van a traer las cosas en un rato, ya hice el pedido. Y van a venir también con las botellas para llenar de nuevo el bar. Yo me voy a dormir un rato, creo que el peso de la ancianidad ya se me está notando.
Albert no dijo nada, pero sonrió.
-Si usted está viejo, como estaré yo...
Me reí del comentario.
-No me siento viejo del todo, pero algunas cosas ya me hacen acordar que no tengo veinte años...
-No se preocupe, yo recibo a los proveedores.
-Gracias.
Subí las escaleras hasta mi habitación, interesante, todavía no la había estrenado así que esperaba que la cama fuera cómoda, seguramnte sí, porque me había costado una fortuna, nunca hay que escatimar en el precio de la cama.
Cuando abrí la puerta estaba con llave, me sorprendí, pero después pensé que el groso de Albert había cerrado para que nadie entrara a mi habitación. Ya sabía que varios de los que habían quebrado estaban durmiendo en otras habitaciones según lo que me informó. Por suerte siempre tengo otro juego de llaves para no quedarme encerrado si pierdo las otras. 
Cuando abrí la puerta vi que alguien estaba acostado en mi cama... era ¿¡Paola!? ¿Qué hace acá? ¿No se había ido con un flaco? Estaba bien tapada con las mantas, porque a pesar de estar prendida la calefacción hacía frío. Pensé que alguien iba a ser boxeado próximamente pero no parecía haber entrado nadie más a la habitación además de ella... (o sea, todo tenía un límite, en mi cama no). A ver, ¿Tenía otras muchas habitaciones de donde elegir y eligió justamente la mía? Sí, definitivamente no iba a morir en la misión de reconocimiento, iba a morir antes de un infarto causado por Paola...

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martes, 6 de agosto de 2013

El Futuro de la Cruz del Sur

Cuando Marie Crystal propuso al Alto Mando del Estado Mayor COnjunto de las Fuerzas de la Tierra el proyecto de reactivar el Ejército de la Cruz del Sur, solo 3 de los 16 miembros de éste (En realidad son 15 tras la suspensión del General Reinhard) se mostraron interesados. Al menos dos de ellos tienen que llevar adelante y apoyar el proyecto para que llegue a buen término, ya que son 3 los comandantes necesarios para encabezar el Alto Mando de tal fuerza, y la tercera sería Marie Crystal,  que sería ascendida a Teniente General para la tarea.



 Almirante Winston Bren
De 72 años, es un hombre de larga tradicion familiar militar y extensa y laureada carrera en las fuerzas del Gobierno Unido de la Tierra, aunque de bajísimo perfil considerando sus méritos personales. Inglés de nacimiento, era ya Comandante de la Flota de su Majestad Británica cuando se forman las fuerzas conjuntas del Gobierno unido, y siempre se ha mostrado como un firme defensor de posturas conservadoras en la que quizá fue la época de mayores cambios de la humanidad. Vinculado a lo que luego sería el Ejército de la Cruz del Sur desde los primeros momentos, nunca estuvo dispuesto a dejar su trabajo en las Fuerzas Robotech aún despues de que estas se escindieran de la UN Spacy, y tampoco nunca aprobó los métodos fascistas del Comando de Anatoli Leonard, pese a lo cual se quedó en la Tierra tras la partida de la Expedición Pionero como coordinador general de enlance entre la Cruz del Sur y las Fuerzas Robotech, y como comandante de la guarnición de la Estación Espacial Libertad, distinguiéndose en la defensa de esta contra el cerco de los Maestros Robotech donde su cuidada defensa posibilitó que la estación permaneciera a salvo pese a estar aislada hasta que las fuerzas de la Cruz del Sur lograron reestablecer el contacto. Tras la invasión Invid, resignó su puesto pese a que su estación no fue tomada por el enemigo y partió con las naves de los evacuados hacia donde estaba el grueso del ejército en el que él servía formalmente, las Fuerzas Expedicionarias Robotech. Allí, ingresó al Estado Mayor del ya Almirante Richard Hunter que comandó las Fuerzas Expedicionarias, pero al no ser un comandante de línea ni de Infantería de Marina, no le fue dado el puesto de segundo al mando de la segunda Operación Reclamación, lo que la dejó finalmente al mando del cuestionadísimo General Reinhart de la Infantería de Marina. Siempre tuvo un enfoque sumamente profesional de la guerra, y no guarda especial rencor por ninguno de los enemigos de la Tierra. Hasta la fecha permanece como miembro del Estado Mayor Conjunto de la Tierra, siendo el tercer oficial de más antiguedad de toda las Fuerzas de Defensa de la Tierra, superando la edad estándard de retiro y sin miras a pedir su baja pronto. Tras la propuesta de reactivar la Cruz del Sur, ha mostrado gran interés en el proyecto y ha ofrecido su experiencia y apoyo político al emprendimiento de la Brigadier General Marie Chrystal, aunque ha dejado claro puertas adentro a éste que no cederá en ningún punto de lo que él espera de dicho proyecto.
Bren es un típico representante del militar conservador que se apega a las tradiciones de disciplina y orden y, si bien fue siempre un defensor de un gobierno militar para la humanidad hasta que el "estado de guerra permanente" en el ésta que se encuentra hace 35 años termine, rechaza abiertamente los regímenes totalitarios y fue un feroz opositor a Anatoli Leonard. Siempre apoyó la idea básica de la Cruz del Sur, pero jamás pudo superar las diferencias irreconciliables que tenía con ella. Su relación con Marie Chrystal y con otros altos oficiales de la institución es muy cercana y siempre ha sido excelente, siendo el candidato más firme del alto mando a apoyar y liderar el proyecto de realistamiento de la fuerza. Su conocimiento de la burocracia militar y de la misma Cruz del Sur no tiene paralelo, y parece estar mejor informado de la actividad de la Fuerza Rebelde que ha tomado el nombre de este ejército que cualquiera de sus colegas. Hay quien dice que tiene una red de inteligencia paralela dentro del ejército que responde solamente a él, algo posible ya que en su carrera ha servido en casi todas las fuerzas existentes de una manera u otra, y una lista de todos y cada uno de los rebeldes, pero además, los planteos fascistoides de éstos y sus métodos violentos posiblemente le hagan pensar que purgándolos "limpiará" a la Cruz del Sur de la mala influencia de la gente como Leonard. Hay quienes esperan que las purgas, incluso, no se detengan en los rebeldes si Bren toma el cargo de Comandante de la Cruz del Sur. Todavía, sin embargo, no lo tiene, pero la mayoría de los oficiales leales de la antigua cruz del sur confían en él para limpiar el nombre y el honor de la institución; su apoyo al proyecto, el más sólido y el que cuenta con mayores recursos, depende directamente  de que no se hagan ningún tipo de consesiones a los rebeldes, se ejecute a los que ya cometieron crímenes y se tomen medidas en la nueva fuerza para evitar que vuelvan a suceder estas cosas. La lista de 20 culpables y 5 irredimibles  con él aumenta a 30 y 10, respectivamente, y dice tener y probablemente tiene, pruebas contra todos. Todo esto, a puertas adentro, porque si bien no tiene problemas en colaborar tanto con Sovieticos como con sus ex-colegas de la UN Spacy, se esfuerza por mostrar una imagen de fuerza de las castigas Fuerzas de la Tierra ante las otras entidades. Su mayor basa es usar el sentido del honor de los oficiales de la Cruz del Sur para tratar de que sean implaclables con los traidores, algo que en realidad no está lejos de la vocación original de aquella fuerza.  




General de Estado Mayor Aaron Twiggs

Es el segundo miembro más joven del Estado Mayor Conjunto de la Tierra (tercero, cuando Reinhart estaba en funciones), con 51 años, y un típico militar de escritorio Salido de la disuelta Fuerza de Defensa de la Tierra, una rama secundaria de las Fuerzas del Gobierno Unido basada en la antigua Guardia Nacional norteamericana, es decir, una cuasi-milicia profesional de tareas únicamente defensivas, cuyo status nunca quedó claro si era subordinado al comando de la Cruz del Sur  o las Fuerzas Expedicionarias Robotech, pero que estaban encargadas de las defensas de bases en la Tierra y en el Sistema solar, cuya actuación ante los Maestros Robotech fue en su momento poco menos que lamentable, pero que de todos modos prestaban servicios necesarios, sobre todo de logística y apoyo. Twiggs siempre fue eficiente oficial de logística e intendencia, pero también un trepador que trabajó para ascender por el método más seguro y menos comprometido posible tanto política como militarmente, siempre cuidándose de no verse envuelto ensituaciones turbias y demostrando un talento inusual para no estar allí en ninguna accións armada. Burócrata nato y soberbio, su trabajo es poco criticable pero nada envidiado y mucho menos respetado, en especial por los antiguos oficiales de la Cruz del Sur de los que intenta ponerse al mando. Tras la invasión Invid, fue primero secretario general del comandante a cargo de la Base Júpiter, y luego se hizo cargo del comando de ésta cuando su superior se retiró por motivos psiquiatricos. Desde ese puesto, su tarea en abastecer a las Fuerzas de resistencia de la Tierra fue destacable, y se sabe que tiene una larga relación de amistad con el actual presidente de la Tierra desde esa época. COnvirtió a la Base Júpiter en una eficiente máquina productiva que aún funciona con eficacia en la manufactura de muchos insumos necesarios para el ejército, aunque dejó su comando cuando la Expedición Pionero regresó, para sumarse al Estado Mayor conjunto. Es una persona simpática, afable y discreta y todos sus subordinados lo tienen en alta estima como una persona tolerante, que prefiere trabajar duro que echarle la culpa a otro por las fallas. Sin embargo, oculta muy mal su desprecio y odio por el Invid, al que considera una plaga galáctica similar a las langostas, y fue una de los que más se movieron para enjuiciar y condenar al General Reinhard, al que ha admitido en círculos privados que no le perdona el haber puesto a la humanidad en posicion de estar en deuda con "el Parásito", postura compartida por muchos oficiales, soldados y civiles, pero ninguno con tanto énfasis como él. Por sus ideas y por los años en que seguramente trabajó de manera conjunta con el mando soviético, hecho que no oculta, se lo considera una persona moderada en lo político que no intenta buscar conflictos donde no los hay, y aún menos con otras facciones humanas. También se sabe que tuvo una relacion profesional y de amistad con el ex-candidato a Presidente Lance Belmont, aunque se ha distanciado desde que éste tiene una relación con una Invid. Twiggs se cuida mucho de no mostrarestas ideas públicamente del mismo modo en que evita sistematicamente ser visto como oponente de nadie. En cambio, tiene una relacion tirante con el actual ministro de defensa, que lo considera "un warmonger que se hace pasar por trabajador esmerado"
Considerado como un "oficinista" en la acepción menos prestigiosa del término por la mayoría de los oficiales de la antigua Cruz del Sur, que lo recuerdan como un "Jefe de Depósitos", se interesó en el proyecto por ser una posible fuente de prestigio militar del que ahora carece. Twiggs es el mejor conectado políticamente de los tres Altos Oficiales interesados y parece dispuesto a utilizar ese capital de conecciones y manejo burocrático para situar bien a la futura Cruz del Sur dentro de las Fuerzas Terrestres, posiblemente porque cuanto mejor situadas estén serán para él una fuente de prestigio más firme. Se muestra sumamente tolerante con respecto a los rebeldes, habiendo incluso sugerido tímidamente una postura de "borrón y cuenta nueva" con respecto al tema, y como su proyecto, a diferencia del de Bren, involucra a a la Cruz del Sur como Fuerza Independiente separada de las Fuerzas RObotech, esto podria situarlo bien como líder, si no fuera por su pésima imagen entre los militares que sirven y sirvieron en el frente, y su probada incompetencia en cuestiones directamente militares lo hacen un candidato muy poco deseado al Comando. Sin embargo, su interés por el proyecto podria esfumarse si no obtiene un puesto en el Mando principal, ya que justamente busca cumplir un servicio de prestigio para completar su currículum. Su objetivo a largo plazo claramente es presidir el Alto Mando o convertirse en MInistro de Defensa, o quizá en presidente, y ve a la Cruz del Sur como una excelente vidriera para sus objetivos. Sin embargo, esta posicion meramente política hace sospechar que no se esforará demasiado ni comprometerá su prestigio en defender a los rebeldes, más allá de que su posicion personal sea la más suave, y los condenará si con eso puede ganar puntos en su carrera política, especialmente porque no comparte nada de sus ideas. Se teme también que sea poco sincero en sus promesas y que en su búsqueda de gloria comprometa a la nueva Cruz del Sur en situaciones para las que su talento militar no lo capacitan, aunque su capital politico y su habilidad para la logistica y la burocracia lo hacen atractivo en cierto sentido.





Teniente General Albert DeBoer
Antiguo oficial de la Cruz del Sur de la rama de Inteligencia, DeBoer era un enemigo político de Anatoli Leonard y como tal, algo reelegado durante el mando de éste. Su amplia experiencia y el hecho de haber combatido un tiempo en la resistencia contra el Invid antes de retirarse a la Base Marte como general le dan una firme posición entre los hombres de la futura fuerza, ya que como muchos soldados de a pie, pasó toda la ocupación en el SIstema solar. La mayoría, sin embargo, lo recuerda como un fascista de ideas similares a las de Leonard que sólo se oponía a él por una cuestión de supremacía. Ahora con 60 años es el miembro de más edad del Alto Mando que no posee un rango superior, en parte por su difícil carrera bajo el mando de Leonard. De los interesados en el proyecto, es el menos convencido y el que más dificultades encuentra, pero es el mejor conectado entre los mandos del ejército, incluso más que Bren, por haber permanecido en el sistema solar y a la vez funcionar como enlace con el ALto Mando de las Fuerzas Expedicionarias. De hecho, él y Bren tienen una larga trayectoria de trabajo conjunto y se respetan bastante mutuamente, pese a que tienen ideologías muy diferentes y su relación es meramente profesional. La posición de DeBoer en el servicio de inteligencia de la Cruz del Sur del cual ni Leonard pudo sacarlo le permitieron tejer una red de apoyo considerable, respaldada además por sus eficientes actuaciones al mando de las Fuerzas Especiales, que quedaron en el ojo del huracán cuando el Invid destruyó a las fuerzas de línea en tan poco tiempo. DeBoer tiene, sin embargo, ideas muy claras para acerca del papel de la Cruz del Sur como fuerza "del Orden", y siendo un declarado enemigo del régimen soviético, hasta podría tener puntos en común con los Rebeldes, y ha propuesto firmemente ser permisivo con ellos excepto con los que ya son criminales, y frenar una escalada represiva que pase a mayores. Sin embargo, Marie Crystal y su equipo tienen con el una relacion bastante fría; de todos los que se ofrecieron a apoyar el proyecto, es es que más ha tratado de modificar la idea original, y de algun modo su version de la Cruz del Sur se parece peligrosamente a la que Leonard proponía antes de tomar el poder mediante un golpe de estado en 2022. También parece dispuesto a hacer fracasar el proyecto si éste no se realiza según sus directivas. Su imagen es ampliamente conocida en los circulos de inteligencia, y seria el candidato más problemático ante las naciones "extrangeras", tanto la Unión Soviética como la UN Spacy que lo ve como un nuevo Leonard, en especial porque intenta que la Cruz del Sur sea una fuerza completamente independiente, y no ha ocultado su desagrado tanto por los "rojos" como por los "colonos". No siente especial amor por los alienigenas, pero tampoco parecen importarle demasiado.