Mi vida es una mierda. Lo asumo y no pongo ninguna oposición
al concepto. Perdí a Kev. Ahora perdí a Vaz. Vivo en una guerra de nunca
acabar. Me aíslo esperando que alguien me saque, pero eso no va a pasar.
Kev se murió cuando llegaron los invids, y nunca me
entregaron su cadáver. Ni una sepultura digna pudo tener. Extraño su sonrisa,
su humor y que siempre me estuviera cuidando.
Vaz se murió cuando Wolfe nos vendió. Era calmado, tranquilo
y dulce. Extraño su fortaleza, extraño el hecho de que estuviera ahí cuando lo
necesitara y de que tuviera esa visión que le daba su serenidad. El murió. El
tipo que está con los soviéticos no es él, es un asesino miserable que nada
tiene que ver con el hombre que amé. Fui tan estúpida de creer que sería el
mismo. Lo sospeché, pero creí en todas esas mentiras del amor, que nos íbamos a
ver y todo sería igual... No, Kate, no es el mismo hombre. Es otro totalmente
distinto.
Otra más a mi larga lista de bajas. Enterré a todos mis
seres queridos. Palear la tierra para dejar a Ron fue una de las cosas más
difíciles que tuve que soportar. Al menos saber que Lilly va a tener una
educación privilegiada, que va a poder decidir que quiere de su vida es
suficiente regocijo para mí.
Pero yo no podría aspirar a la vida de Lilly. Mi guerra no
va a acabar hasta que me muera. Hoy haydonitas, ayer invid y Maestros, mañana
serán los rusos. Siempre un enemigo. Siempre un objetivo al que hay que vencer.
Entrené desde adolescente para ser un soldado, si bien mi rol principal era
otro. Adherí a los códigos de la Cruz del Sur. Siempre sentí que éramos algo
así como samuráis. Y por eso adherí al código de los guerreros japoneses, que
se respetaban bastante en la ASC: Justicia, Coraje, Benevolencia, Respeto, Honestidad,
Honor y Lealtad. Hoy nos hacen falta los valores del Bushido. Los hemos perdido
todos. Pensé que recuperar la Tierra nos devolvería un poco de
"civilización". Pero seguimos sumidos en la barbarie. Es que la
guerra nunca termina. Al menos no hasta la fecha. Solo cambia el escenario.
Ahora son Haydonitas y ayer Invid. Los invids que eran nuestros enemigos se
hicieron nuestros aliados y ahora son solo doce años de la historia de la
humanidad escrita en algún libro de historia. Su flor de la vida va camino a la
extinción, y su raza también. Todo esto gracias a la nula visión de unos
imbéciles que ni siquiera viven en la Tierra. Y sus soldados mediocres que
festejan la victoria. Mi gente festeja la "victoria". Nunca
aprenderemos. Algún día verán la flor como nuestra civilización, una pequeña
semilla que tiene que crecer, y que tiene un potencial infinito, pero mal
utilizada solo acarrea devastación y odio.
¿Qué cambió con la ida de los Invid? Nada, solo que
parecemos más civilizados. Tenemos ciudades y fábricas y reconstruimos parte de
la infraestructura que tenía el planeta. Pero los enemigos externos siguen
estando. Y los señores tribales que imponían su miserable autoridad sobre los
inocentes siguen existiendo, solo que ahora llegan al poder. Y tenemos que
aceptarlos de amigos.
Pero yo tengo que dejar de criticar todo y tomar mi parte,
aunque sea yo sola. El ejército tiene buena gente también. Gente que puede
hacer mucho, aunque sean de la UN Spacy o de la REF. Y no, no voy a contar
nunca a los perros sin honor. Lo siento, pero los valores no se traicionan.
Por mi parte, no voy a convertirme en uno de esos perros sin
honor. Ni voy a dejar de defender la Tierra, aun incluso si tengo que
sacrificar mi alma. No puedo perder más tiempo en lágrimas, ni llevar heridas
como recordatorio. Tengo que estar óptima para el combate. Tengo que cuidar a
la gente que vale la pena. Defender las siete virtudes. Necesito salir del pozo
en el que yo misma me metí. No estoy aquí para hacer amigos, estoy para
defender al planeta. Esa es la vida del guerrero.
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