Mark
Nave SDF-1 - Año 2011-Pero papá... yo quiero pilotear, quiero ir con vos...
-No te vas a enlistar, y no se hable más del asunto. Todavía no tenés la edad, y tampoco voy a arriesgarte a que te involucres en una guerra con una raza alienígena que nos quiere ver muertos.
-Vas a tener que dejarme tarde o temprano.
Golpeé la puerta y salí. Las calles de ciudad Macross estaban casi desiertas, ya era de noche. Obviamente una noche artificial creada dentro del SDF-1. Todos estábamos atrapados allí, y no podíamos volver a la Tierra... me había acostumbrado a esa idea, pero que papá saliera a combatir cuando yo no... eso era otra cuestión.
Papá no me siguió, y si me hubiera seguido ya no me hubiera encontrado, conocía esas calles como la palma de mi mano.
Corrí por una callecita a la derecha directamente hacia la tienda de los padres de Lucy.
-¡Lucy! ¡Te buscan!
Lucy bajó corriendo las escaleras y apareció en el marco de la ventana.
-¡Salgo un rato mamá!
-No tardes, la cena ya está casi lista.
-¡Hola Mark!
-Hola Lucy- debo haber mirado al suelo porque casi al instante me preguntó:
-Te ves deprimido, ¿que pasó?
-Papá no quiere que me enliste, me siento un inútil quedándome aquí mientras él combate con los aliens.
-Mark... eso sería muy peligroso... seguramente es porque se preocupa por vos.
-¡Pero yo también me preocupo por él, quiero ir y ayudarlo! Seguramente no le costaría nada hacer que me dejen entrar... Además soy un excelente piloto, tengo la puntuación más alta en el simulador... Y ya tengo varias horas de vuelo real.
Ella me miró, claramente estaba de acuerdo con mi padre.
-Pero un simulador no es la realidad...
-Seguro vos también estás de acuerdo con él- dije con un tono más enfadado del que me hubiera gustado.
-Lo estoy... Mark, yo no quiero que vayas a combatir...
-Pensé que vos ibas a entenderme...
Me alejé para irme pero ella me agarró de la mano.
-Por favor Mark, yo... no quiero que pelees porque tengo miedo de que te pase algo... yo... te amo.
Creo que esa fue la primera vez que no supe qué decirle. Pero tampoco había mucho que decir, yo también la quería. Pensar que la primera vez que nos besamos fue porque había discutido con papá...
*****
-Bien, firme aquí y ya está todo listo. Cabo Spade, a partir de este momento se encuentra bajo las órdenes del capitán Jeremy Giles.
Lucy no lo supo nunca, apenas había cumplido los quince años cuando me enlisté, bajo el alias de Frederik Spade, huérfano de madre y padre. A papá era fácil engañarlo, no estaba prácticamente en todo el día, pero a Lucy... se me complicaba bastante.
-¡Mark! me dijo y se me tiró al cuello.
-Hola Lucy ¿Cómo estás?
-Te extrañé, ¿dónde estuviste estos últimos días?
-Eso te quería contar... estoy estudiando. Voy a retomar el colegio, me dijeron que abrieron una escuela a pocas cuadras de casa y me anoté.
No me gustaba mentirle, pero era eso o que se enterara de lo que estaba haciendo en realidad.
-¡Qué bien! ¿Hiciste las paces con tu papá?
-Sí, ya le dije que no me voy a enlistar hasta cumplir los 21. Creo que eso lo tranquilizó bastante.
Ella puso cara triste así que le acaricié la cara y le dije:
-No te preocupes, falta para eso, hasta quizás y me arrepiento y no me enlisto nunca.
Ella me sonrió. Mentirle descaradamente no era tan difícil, pero me dolía bastante. Sabía que ella nunca me iba a entender.
*****
Muchos de mis nuevos compañeros eran más grandes que yo, así que aprendí varias cosas de ellos que probablemente debería haber aprendido bastante más adelante, pero aún así era muy divertido.
A veces me cruzaba con papá en el hangar, pero siempre trataba de llevar puesto el casco para que él no me viera. Aún así como él era del alto mando casi no nos cruzábamos.
Recuerdo el día que llegamos a la Tierra, todos estaban ansiosos de regresar junto a sus familias, de hecho yo ya extrañaba bastante a mamá aunque jamás lo hubiera reconocido. Cuando el Almirante Gloval anunció que no íbamos a poder regresar porque nos habían dado por muertos a todos y que lamentablemente nadie iba a poder dejar la nave fue un duro golpe.
-Papá ¿te dijeron algo más?
Él se sentó sobre el sofá y se sirvió un vaso de wisky.
-Nada hijo, solo que no podemos regresar, tenemos que irnos, para la Tierra somos sacrificables.
-Pero... nosotros somos los que estuvimos peleando contra ellos todo este tiempo... bueno, los pilotos del SDF1 a eso me refería...
Casi cometo el grave error de revelarle a papá que yo también estaba en la milicia combatiendo a su lado.
-Por el momento no podremos volver.
Los canadienses iban a darnos asilo pero un ataque de Khyron al SDF-1 obligó a utilizar la barrera principal de la nave, los motores se sobrecalentaron y la explosión que se generó destruyó toda una ciudad, como consecuencia, tampoco pudimos aterrizar allí. No nos quedó más remedio que regresar al espacio. Las cosas se pusieron difíciles, prácticamente todos los días había combates y pasó algo que jamás creí que iba a ser posible, los aliens trajeron embajadores.
Por lo que pude entender el capitán Rick Hunter, la teniente Lysa Heis y Ben Dickson habían sido llevados a una de las naves de los Zentraedi (tal el nombre de los aliens). Ellos tenían un modo de vivir muy diferente al nuestro, solamente los motivaba la lucha, el combate, la guerra. No conocían ningún otro tipo de sentimiento... y parecía ser que la voz de la nueva ídola de Lucy, Miss Macross, Lin Minmay, podía llegar a cambiar eso.
Una facción de los zentraedi se nos unió, pero eran unos pocos. El resto nos quería muertos por la simple razón de que nos tenían miedo, no podían dejar que sus soldados, que toda su cultura se plegara a nuestra forma de vida, así habían vivido y sobrevivido por años...
-Papá, ¿qué tienen planeado hacer?
-Van a utilizar el Gran Cañón.
Desde siempre Linda me acompañaba, ella estuvo en todos los eventos más importantes de mi vida, los mejores, y los peores. El día que las 4,8 millones de naves Zentraedis bombardearon la Tierra yo lo vi desde el cielo, un hermoso espectáculo de colores y sonando el tema "We will Win" de Minmay, telón de una masacre jamás antes vista. Ese fue el día de la muerte de mi madre, como también el de casi el total de la humanidad.
*****
Tenía 14 años y me creía un as del espacio. A esa edad nos creemos capaces de todo, aunque claramente no lo somos. Nadie estaba preparado para lo que iba a pasar, muchos creían que iba a ser el último día de sus vidas, yo no, sabía que no iba a morir, me tenía tanta confianza que sabía que ese no iba a ser mi último día. Eso no quitaba que tuviera miedo.
No quise ni siquiera ir a saludar a Lucy ¿para qué si iba a volver a verla después de la batalla? Obviamente ella no sabía que yo estaba a punto de salir a combatir contra centenares de naves, y mi papá tampoco, pero con él no iba a tener tanta suerte.
Me saqué el casco para mirar por la ventana, las naves de Breetai estaban listas, quinientas mil naves se nos habían unido para hacer frente a la flota Zentraedi de Dolza. En esos momentos no entendía porqué se nos habían unido, decían que genéticamente eran igual a los humanos, Max se había casado con una piloto de ellos, Miriya, y además muchos se habían vueltos fans de Minmay... ahora ellos habían sido considerados por los suyos como "contaminados" por la humanidad así que al igual que nosotros eran sacrificables. Supongo que se nos unieron porque no tuvieron más opción... era combatir contra su propia gente o morir.
Llamaron a todas las unidades a ponerse en alerta. Nadie había dado los números definitivos, sabía que íbamos a estar en inferioridad numérica, pero jamás imaginé que tanto...
Cuando empecé a ver aparecer todas esas naves, eran miles no... millones... parecía que nunca iban a dejar de trasponer. El espacio se llenó de naves, de todas formas y tamaños. Estaban rodeando toda la Tierra. No quedaba una porción del firmamento donde no hubiera naves. Era la mayor guerra a la que se había enfrentado a la humanidad y la estaban resolviendo de una forma un tanto estúpida...
En ese momento pensé que quizás sí fuera el último día después de todo...
-Diez a uno. Diez a uno, si te estabas preguntando eso.
Era papá, y me había visto sin el casco, no había manera de escapar, así que me di vuelta.
-Diez a uno, es bastante- dije y volví a mirar por la ventana.
La cara de papá lo decía todo, estaba total y absolutamente decepcionado de mí.
-¿Cuándo me iba a enterar? ¿Cuándo reconociera tu cuerpo en la morgue? ¿o cuándo un día no volvieras a casa simplemente?
-Cuando estuvieras listo para saberlo, pero lamentablemente no fue así.
-Mark....
Me dolía mucho ver esa expresión de decepción en su rostro ¿por qué? Yo quería ser como él, quería combatir a su lado, ¿por qué en vez de estar orgulloso de mí me miraba con esa cara de decepción?
-Es medio estúpido esto, admito que me atrapaste. No puedo realmente reprenderte porque te vas a arriesgar en un combate.... Siendo que todos vamos a morir hoy, y que no hay ningún lugar seguro en este momento para nadie.
-Papá... siempre quise combatir a tu lado, y cuando te lo pedí, no me dejaste hacerlo, tengo amigos que me ayudaron y acá estoy, vivo, y voy a seguir viviendo, porque no pienso morir hoy.
Sé que se notaba que tenía miedo, pero no me importó. Me tenía confianza, a pesar de lo que estaba viendo afuera. Su sonrisa amarga me puso peor.
-Yo voy a morir, tu madre va a morir en la Tierra donde pensé que iba a estar segura, tú vas a morir en tu Valkyria o en esta nave, y ya realmente no importa mucho lo que el idiota de tu padre pueda decir......
¿Idiota? ¿Cómo podía decir eso en un momento como este? Se suponía que tenía que darme ánimos para salir afuera, no decir que nos íbamos a morir todos...
-Pero me has decepcionado ¿Cuánto hace que estás en el servicio? ¿tres meses, cuatro? Mark, he tenido que desobedecer a mis superiores en muchas ocasiones.... Cuando sucede, uno no se esconde abajo de un casco, enfrenta la situación y dice por que desobedeció. Y asume las consecuencias. Podrías habermelo dicho. Sí, te hubiera reprendido. Sí, me hubiera enfurecido, mucho. Pero no tengo autoridad para quitarte esas alas. Incluso creo que hay algún que otro chico de tu edad por ahí..... repito, a esta altura, es estúpido..... Lo que me decepciona es que no hayas enfrentado la situación. Que te lo tomes como una travesura, no como una responsabilidad. Me decepciona y me asusta.
Eso me enfureció pero traté de permanecer tranquilo, no tenía sentido pelearme con él en un momento como ese.
-Esto nunca fue una travesura papá, vos me enseñaste a pilotear, y sino lo hubieras hecho yo hubiera aprendido igualmente, porque siempre mi sueño fue volar...-
No lo entendía, yo solamente quería ser igual que él, poder volar a su lado ¿tan difícil era de entender eso? Sino lo hubiera hecho, hubiera salido solo y yo hubiera mirado por esta ventana sintiéndome el ser más impotente del universo...
-Y soy responsable, pero sabía que no ibas a dejarme hacerlo. No tuve opción.
-Pasó tiempo. Yo ya no hubiera podido detenerte. Podrías haberlo dicho. No tienes miedo de enfrentarte a los Zentraedi pero temes decírselo a tu padre..... es un poco... estúpido, Alferez, realmente- dijo sacudiendo la cabeza.
-El que en estos momentos no tiene miedo es un estúpido o realmente está convencido de que va a morir, yo tengo miedo, y ese miedo me da fuerzas. Si pensabas que iba a poder quedarme esperando mientras vos ibas a combatir con ellos. Bueno, no, no puedo. Ya no soy un niño papá... Hace tiempo que no lo soy.
-No te dije que no porque no fueras capaz, te dije que no porque eres muy joven. La Guerra ya no es cuestión de habilidad, ni de hombría, ni de valor, ni de superar miedos. Eso era la guerra hace mil años. Hoy día la guerra se basa en obedecer órdenes. Y asumir responsabilidades. Y NADA MAS. Eres parte de un engranaje, de una máquina de destrucción que, si tienes suerte, pelea por lo que tu peleas. Muchas veces no es así. Y tú acabas de demostrar que no eres precisamente el mejor haciendo esas dos cosas.
-Que no te haya obedecido por una vez no significa que no pueda obedecer órdenes, o que no pueda asumir responsabilidades. No lo entendiste entonces cuando lo hablamos ni lo entenderás ahora. Soy bueno piloteando, vos me enseñaste, lo que sé es lo que aprendí de vos, ¿porqué no puedo ayudar cuando más se necesita? ¿De qué me sirve pilotear si me voy a quedar encerrado en casa? Es estúpido... Sabés que se necesitan pilotos, no podemos prescindir de nadie.
-Sigues sin responder porque en cuatro meses no me dijiste nada. Y como demonios demuestra eso que asumes responsabilidades.
-No te lo dije porque... porque no me hubieras dejado seguir, me lo hubieras prohibido como cuando me prohibiste enlistarme.
-No puedo hacer eso, yo también sigo órdenes. Una vez que entraste, si te hago salir es deserción y ambos vamos presos.
-No... lo sabía...
Era cierto que no lo sabía en ese momento, pero probablemente de haberlo sabido, tampoco se lo hubiera dicho.
Me seguía mirando muy mal, aunque ahora ya estaba empezando a entender por qué... cuatro meses no era nada, no sabía ni la mitad de las reglas del ejército, solo había logrado entrar porque el Teniente Rick Hunter había visto mis puntuaciones en el simulador y le había dicho a su amigo Roy que me enliste si así lo quería...
-Mire sus órdenes, Alferez "Spade", está asignado a mi escuadrón. Tuvimos bajas la última salida y usted es parte de los refuerzos. Y yo tengo que asignar ahora 6 bombas nucleares a un niñato que no fue capaz de enfrentar a su padre o de aprenderse las reglas básicas del ejército.
Niñato... apreté los puños, no confiaba en mí, solo estaba siguiendo órdenes, y poco le importaba lo que yo pudiera estar pensando en esos momentos.
Giró sobre sus talones para irse, estoy seguro que me hubiera reprendido más sino hubiera pensado que ya era inútil.
-Salimos en 3 minutos, Alferez.
Siempre quise pelear a tu lado, pero no así...
-Espero que haya estudiado al menos los protocolos de uso de armas de fusión, y no nos haga volar en pedazos.
-¡Por qué siempre tenés que hacer las cosas tan difíciles!
Sabía que no había sido consciente al decir esa frase pero realmente estaba muy enfadado. Él no me entendía, nunca me iba a enteder.
Sabía que tendría que llevar bombas que eran 20 veces más destructivas que la bomba de Hiroshima, sabía que podía morir, y que cualquier mínimo error podía hacer que murieran otras personas del escuadrón si llegaban a explotar... o podían caer a la Tierra y matar a millones de inocentes.
Era la primera vez que iba a llevarlas pero... no era un niño, no era un tonto, ¿por qué se empecinaba en seguir tratándome así...?
-¿Difícil? ¿Tiene alguna duda sobre la misión, Alferez?
Me miró como me hubiera mirado cualquier Mayor, y supe que la "conversación" había terminado.
-No, no tengo dudas, Mayor- le dije y me puse el casco.
-Bien
Ahora no solo él tenía mala cara sino también yo.
No había nada más que decir, así que salimos.
*****
Salí y entré a la nave veinticuatro veces para recargar. Parecía un trabajo inútil, podíamos bajar naves pero había muchas. Sentí que aunque volviera mil veces más no iba a alcanzar para destruirlas a todas.
Me cansé, llegó un punto en que no podía más, cuando miré el tiempo que había pasado me sorprendí, veinticuatro horas, en las que solo había estado volando y arrojando misiles nucleares sobre el enemigo.
Cuando iba a regresar al SDF-1 ya no estaba. Me defendí como pude con las armas de la nave, algunos disparos me dieron, pero nada que me hiciera perder el control.
A lo lejos vi que la nave principal de Dolza era destruida desde adentro por el SDF-1 y volaba en pedazos. El SDF-1 entró a la atmósfera y cayó a tierra.
Miré hacia el planeta no se distinguían los mares, menos las ciudades...
Me rodeaba la destrucción, estaba lleno de escombros de naves destruidas alrededor mío. No estaba muerto, pero... ¿y papá? ¿mamá? Ella Estaba en la Tierra cuando la atacaron... Lucy estaba en el SDF-1 cuando atacaron la nave principal del enemigo... ¿Qué habrá sido de Max y de Rick?
No sabía nada, nada... estaba en la inmensidad del espacio, rodeado de naves rotas, nuestras y del enemigo, y no sabía nada.
Algún que otro enemigo me crucé y los fui derribando, pero no veía ninguna nave de las nuestras, había perdido de vista al escuadrón.
El espacio era demasiado inmenso. Jamás, en todos los años que estuve de servicio me sentí tan solo como en esos momentos, sin saber nada, vagando en el espacio. ¿Había pasado una hora? Parecía una eternidad...
-Alferez Wright, ¿me copia?
Era Adolph, uno de los hombres a las órdenes de mi padre. Quería saber si él estaba vivo, pero no le pregunté... Tenía miedo de que no lo hubiera logrado y que esa hubiera sido nuestra última charla...
-Lo escucho teniente- respondí.
Escuchar su voz, la primera después de una hora de la inmensa soledad que sentí fue como volver a salir a la superficie después de creer que nunca más iba a volver a respirar.
-Rendezvouz en la nave Zentraedi número 45652 de su registro. Si esta en condiciones de volar.
-Estoy en condiciones, me dirijo hacia allí.
Solo sabía el número, así que puse el piloto automático y dejé que la nave me llevara. Estaba muy cansado... Iba muy rápido, jamás había puesto la nave a fondo en el espacio, no sabía lo que era moverse por esas inmensidades... Había tantas cosas que no sabía... Quizás papá tenía razón...
Los controles marcaban 14 kilómetros por segundo.
Llegué mucho antes de lo que había pensado. Aterricé en una nave Meltran. Allí me esperaba lo que quedaba del escuadrón. Papá, cuatro de sus hombres y yo. Seis, de veinticuatro.
Me detuve casi sin querer por unos segundos, la nave donde aterricé era de metal viejo, parecía muy desgastada, debía tener miles de años. No había nada adentro, solo era un gran galpón.
Papá estaba afuera del avión, sentado sobre un fierro enorme, mirando al piso. No me importó que fuera mi superior y corrí hacia él para abrazarlo.
Nos abrazamos y lloramos. Pensé que ya no me importaba nada de lo que habíamos hablado antes de la batalla, él estaba vivo y nada más me importaba.
-Nos llevarán a la Tierra cuando puedan encontrar un punto donde aterrizar- Era la voz de Felix que había entrado por una puerta hecha para alguien 5 veces más alto. Había uno más, siete de veinticuatro, no me había dado cuenta porque no había contado los VFs.
Una Meltran nos vio a mi papá y a mí. Nos miraba extrañadísima, como si jamás hubiera visto eso en su vida. Estabamos rodeados de mujeres gigantes, pero ella fue la única que nos habló. Para el resto era como sino estuviéramos allí.
-¿Están... bien?- su acento era bastante malo.
Me sequé las lágrimas y la miré. Papá seguía mirando el suelo con la vista perdida.
Otra de las mujeres vino a dejarnos una caja que supuse eran raciones pero se fue enseguida.
-Estoy... bien... creo- le respondí.
Ella asintió sin decir nada. Después de unos segundos en los que creí que iba a marcharse también me preguntó:
-¿Qué es?- dijo señalándo las lágrimas.
-Se llaman lágrimas... lloramos cuando estamos tristes- traté de explicarle y noté que me había salido horriblemente cursi, pero ya no había remedio. Miré a papá, pero seguía completamente ido.
-Ah.
-Bien ahí- me dijo Edgar guiñando un ojo. Sabía que intentaba hacer un chiste.
La mujer nos siguió mirando como si estuviera mirando un motor cuántico y le acabaran de explicar como funcionaba. Estaba claro que no sabía que decir.
-Ganamos- fue lo único que le salió decir. Supongo que para ella esa era la mejor forma de tratar de confortar a alguien.
-Sí, eso parece...
La vi marcharse, le agradecí en silencio haber sido la única que se preocupó por nosotros.
Aaron otro de los hombres de mi padre me tiró un habano.
-Por ahora hagamosle caso a la Dama... ganamos- dijo Aaron.
Felix le alcanzó un habano a mi padre, él lo agarró y se lo puso a mirar.
-Tal vez es el último.
Fue lo primero que dijo después de la batalla. Yo miré mi habano, jamás había fumado ni siquiera un cigarrillo. Sí, en esas épocas los jóvenes primero aprendían a arrojar bombas nucleares y después aprendían a fumar...
-¿cómo se prende?- le pregunté al que me lo había dado.
Él sonrió y usó un zippo con el escudo del escuadrón para encenderlo.
-Si es el último, no veo mejor momento que este para fumarmelo señor.
Le di una bocanada al habano y empecé a toser.
SDF-3 - Partida de la Expedición Pionero - Año 2022
Pasaron siete años desde que se decidió la Expedición Pionero, y había pasado esa cantidad de tiempo desde que decidí que iba a irme. No tenía nada en la Tierra, solo tenía a mi "archienemigo", con el que me divertí combatiendo en tiempos de las escaramuzas con la EBSIS, pero fuera de eso, no tenía nada.
Rick había sido mi modelo a seguir desde siempre, bueno y también Max, aunque estos momentos eran complicados, Max no estaba de acuerdo sobre como estaban tratando a los Zentraedis, y decidió unirse a la UNSpacy.
El politiquerío nunca fue lo mío, y yo ya tenía una decisión tomada hacía mucho tiempo, así que seguí al Almirante.
Pocos días antes de marcharnos me ascendieron a teniente, hacía ya diez años que estaba en la milicia y nunca me habían ascendido. Me pregunté si era por mi habilidad o porque necesitaban a alguien para cubrir el puesto... Supuse que ahora que por fin había terminado la academia podían ascenderme sin ningún tipo de problema. No era difícil el estudio, pero sí era complicado hacerse tiempo para estudiar cuando teníamos a los ruzos moviendo tropas. Y yo tenía a "La Muerte Gris" empecinado en matarme...
Lo bueno fue que los últimos años pude concentrarme bastante en el estudio, la UN Spacy había negociado y le habían dejado la base en Marte a ellos, así que las escaramuzas terminaron. No volví a saber de "La Muerte Gris" desde entonces.
Había muchos que estaban en la misma situación que yo, la realidad era que los que partían con el Almirante no tenían a nadie en la Tierra. Eran personas que como yo, en la primera guerra habían perdido todo y realmente no les interesaba mucho seguir allí, donde podían recordar lo que alguna vez habían tenido y ahora no estaba.
No sabíamos cuanto iba a demorar el viaje, no sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar lejos de la Tierra, y la realidad era que a la mayoría de los que se iban poco les importaba.
Estaba en el Hangar cuando despegamos, algunos miraban por las ventanas el planeta Tierra algo nostálgicos. Otros como yo simplemente esperábamos que esa escena terminara pronto...
"Alferez Wright, sentimos mucho la pérdida de su Señor Padre. Su último acto de valentía salvó muchas vidas" Había ido a retirar la Corazón Púrpura y la Estrella de Plata, las únicas medallas que hoy conservo, el último recuerdo de papá. Las palabras podían ser muy lindas, pero eso no quitaba que papá estuviera muerto por estrellar su propia nave contra una de las naves de Khyron.
Lástima que ahora Khyron estaba muerto, me hubiera gustado cobrármela...
Hacía varios años que papá ya no estaba conmigo y sin embargo me seguía doliendo de la misma forma. Él nunca había vuelto a ser el mismo después de la batalla contra Dolza... Después de que supimos que mamá, junto a todos los habitantes de la ciudad en donde estaba, había fallecido. No volvimos a tener charlas como antes, sus respuestas se limitaban a un "sí" "no" "no sé" "está bien". Fueron dos años difíciles, en los que me porté como todo buen muchacho se hubiera comportado con su padre, pero él seguía igual. Incluso cuando le dije que Lucy y yo habíamos decidido casarnos su respuesta fue un "Está bien". Había días en los que se emborrachaba y caía dormido sin siquiera sacarse la ropa. Era muy triste verlo así sabiendo como había sido antes.
Lucy se había instalado en la Nueva Ciudad Macross con sus padres, recuerdo cuando nos reencontramos después de la batalla. Yo pensé que iba a reprocharme el no haberme despedido, pero solo me abrazó y me besó como nunca me había besado antes. Tenía lágrimas en los ojos, y una expresión de felicidad que nunca voy a olvidar. Los dos éramos chicos todavía, pero habíamos decidido casarnos ese mismo año. Ella no quería que yo estuviera en el ejército, pero aún así me amaba demasiado para dejarme ir. Quizás si ella me lo hubiera pedido hubiera dejado la milicia, no lo sé, porque era tan buena que jamás me lo exigió. A veces me pregunto qué hubiera sido de mi vida si hoy ella estuviera viva, quizás hasta tendría hijos y todo... Pero eso nunca hubiera podido pasar, porque ella también murió en el ataque de Khyron a la Ciudad. Recuerdo que desobedeciendo todas las órdenes me fui a la ciudad a buscarla... pero ya era tarde.
"Mark..."
Lucy estaba atrapada bajo muchos escombros. Empecé a retirarlos pero ella me tomó la mano y me dijo:
"Mark... no lo hagas... es inútil... solo quedate conmigo unos momentos más... estoy tan cansada..."
Cerró los ojos y se fue, a dónde sea que van los muertos, dejándome allí, sin nadie más que yo mismo.
Me quedé al lado de mi Valkyrie, esperando que nos alejáramos rápido de la Tierra ¿Por qué me tenía que acordar de ellos ahora?
-Es bueno saber que no soy el único que no está mirando por las ventanas...
Su voz me sacó de mis pensamientos, y se lo agradecí, realmente no quería seguir pensando.
-Es cierto, yo también pensé que era el único- le dije.
-Para algunos no hay mucho más que ver...
-Así es...
No lo recordaba de la academia, era un muchacho, aproximadamente de mi edad, y tenía el uniforme de Teniente.
-Ah... pero si es un viejo VF-1P...- dijo acercándose.
-Así es, en realidad es un viejo VF-1s pero me lo actualizaron... pasamos por muchas cosas juntos, si esta nave hablara, las cosas que diría...
Me reí y él sonrió.
-Mi nombre es Markus Wright, pero puedes llamarme Mark.
Le tendí la mano.
-Ryan Reinolds, un gusto. Yo también manejo uno de esos...
Me señaló su nave, un hermoso modelo más nuevo en color verde- Me pregunto si estará abierta la cafetería, muero por comerme una hamburguesa...
Me volví a reír.
-Realmente a mí me vendría bien algo para tomar ¿Vamos?
-Claro, ahora vamos a vivir en la misma nave, tenemos que empezar a conocer a nuestros nuevos camaradas.
Y así empezó una amistad que duraría ocho largos años.
Tyrol - Año 2043
Caída número 19... Linda una vez más va a tener que pasar un buen tiempo con los mecánicos... El ciclón me ayudó a llegar a la base otra vez, me pregunto cuántas veces más lo hará antes de que ya no vuelva a levantarme. Me tuvieron que vendar el brazo otra vez, esto ya se está volviendo normal... ¿será que me estoy poniendo viejo? Supongo que los 47 años no vienen solos... quizás debí macronizarme como hizo Max...
La verdad que Seron es un planeta horrible, se ve que lo usaban para la industria, y ahora nosotros colaboramos para que sea un montón de chatarra.
Esos modelos invid nuevos... "Aniquiladores" les dicen, bueno, el nombre está bien puesto, casi me aniquilan. Además los muy infelices vienen de a varios... ¿Cómo era que los describía el Almirante? "Son el equivalente de un Cerebro de Colmena, pero metido en un biomecha." Bueno, con varios misiles caen igual... aunque son más inteligentes y hábiles. Además ya todos sabíamos, si hay un invid dando vuelvas, tiene como cien de respaldo a poca distancia.
-Cap... *ruido de interferencia* capitán... ¿me escucha?
-Fuerte y claro, Zedox.
-Casi creí que no volvería a escucharlo.
-Ah, no es la primera vez que tengo que realizar un aterrizaje forzoso. Tomá nota de las coordenadas, hay que venir a buscar a Linda. La zona ya está despejada.
-Sí, capitán. Enviaré a alguien de inmediato.
-Nos veremos en la base.
Como siempre después de una batalla solo quedaba una cosa: más y más escombros, metales retorcidos, humo, fuego... nada nuevo a destacar.
-Jefe! Esperábamos que regresara antes- fueron las palabras de Aaron.
-Veo que están almorzando sin mí... Tuve que dejar a Linda, no estaba en condiciones para volar...
-Bueno, cada vez le queda mejor su apodo, abuelo- las palabras de Adolph me hicieron reír, hacía bastante ya que me decían así mis muchachos, a pesar de que ellos eran más viejos que yo.
-Esos nuevos modelos me están dando bastante trabajo...
-¿A usted solo?- puntualizó Félix
-Yo ya bajé dos- presumió Edgar.
-Bien por ti, supongo que en este caso ellos pueden sumar uno más a su haber, osea yo. Aunque debo ser más duro que ellos porque todavía sigo vivo.
-Quizás ya debería ir pensando en el ascenso capitán...- comentó Felix y todos se empezaron a reír.
-Eso no los favorecería a ustedes, hago lo posible para que no los pongan a trabajar en una oficina... bueno, en realidad no hago mucho, ustedes se encargan solos de eso...
Adolph me alargó un vaso de cerveza. Nada me gustaba más que regresar del combate y sentarme con ellos a saborear un buen jarro de cerveza fría.
-¿Cuándo regresamos?- Preguntó Aaron.
-Mañana. Necesito que vean a Linda en Tyrol. Además ya me cansé de este planeta chatarra y tampoco ya quedan muchos invid por aquí... creo que ya los bajamos a todos, incluso a esos "Aniquiladores".
-Además seguro que quiere ver a su amiga...
-¿A Paola? No tanto, seguramente se va a burlar de mí otra vez...
Siempre era divertido charlar con Paola, aunque también estaba claro que era mi única debilidad, otras amigas, no tengo... y es la única a la que realmente me importaría si le pasara algo... me pregunto si ella también pensará lo mismo, cuando vuelva voy a tener que preguntarle.
Además, se lo debo a Ryan. Desde que él no está es mi deber cuidarla, aunque no siempre tengo la suerte de que nos envíen al mismo planeta, "espero sepas comprender, amigo"...
-Capitán, ¿se quedó pensando en Paola? No lo culpamos... es muy hermosa- dijo Aaron.
-¡Hey! ¡Ella podría ser tu hija!- salté como siempre me hacían saltar en esas circustancias, eran unos malditos...
-Resultó ser un guardabosques...
-Aunque yo que ustedes no me metería con ella, ya vieron lo que le pasó a ese pobre muchacho en la cafetería... Dicen que estuvo varios días en la enfermería después de la golpiza...
-Sí, pero eso fue porque el capitán estaba alentando los rumores de que estaban juntos...- aclaró Félix.
-Yo no estaba haciendo eso...
Estaba clarísimo que sí, era divertido ver la cara de Paola cuando alguien la gastaba conmigo. Pero después de ese "incidente" ya no volví a alentar ningún rumor, salvo cuando me preguntaban directamente.
-Paola y yo solo somos amigos y nada más, ya saben que con mis amigas no me meto.
-El capitán es todo un rompecorazones...- dijo Adolph.
-Bueno, veo que hoy me toca a mí caer en la volteada...
-Siempre es divertido burlarnos de usted capitán- dijo Aaron.
-Soy su superior, deberían respetarme, aunque nunca lo hacen, no lo van a empezar a hacer ahora...
Me reí. Era bueno reírse, siempre venía bien un poco de humor por las mañanas.
Ryan
(La charla entre Mark y su padre la roleamos con Patán)
No hay comentarios:
Publicar un comentario