jueves, 13 de septiembre de 2012

Pasado II

 Paola
Año 2022

La flota que partió en la expedición Pionero fueron unas 500 naves, en las cuales viajaban aproximadamente tres millones de personas. Era la flota más grande jamás reunida.
El SDF-3 era una ciudad, supongo que las únicas diferencias que uno podía encontrar entre esta nave y el SDF-1 era el tamaño y que había menor cantidad de civiles. Muchos militares habían llevado a sus
familias, lo que era de agradecer, ya que no íbamos a ser solo personal militar y eso hacía que el largo viaje se presentara menos aburrido.
Los números aproximados indicaban que íbamos a habitar allí 25600 personas que pertenecían al ejército y aproximadamente 10.000 civiles.

Por suerte, agradezco que hubiera otras personas con talentos fuera del militar. No faltaba una noche en la que alguien se pusiera a tocar algún instrumento, o a cantar o a contar algunos chistes en la cafetería. No es que hubiera alguien como Minmay, pero la gente pedía ya a los que cantaban mejor, o a los que eran particularmente dotados en la música y varios comenzaron a hacerse conocidos entre los habitantes de la nave.

La cafetería era el lugar de reunión de los pilotos, mecánicos, doctores y todo tipo de personal de la nave, se reunían a conversar, a tomar algo, a desayunar. Por lo general la gente iba allí en sus horas libres. Por supuesto que había varias cafeterías a lo largo de la nave, y Ryan y yo íbamos intercalando para conocer todas.

Rick estaba bastante ocupado ahora que era el Almirante, así que prácticamente no lo veía, salvo en algunas ocaciones en las que yo lo invitaba y él lograba hacerse un tiempo. Sin embargo, esos fueron los años en que Ryan y yo fuimos inseparables. No pasaba un día en que no nos viéramos, a cualquier hora del día. A veces desayunábamos juntos, aunque la mayoría de las veces nos juntábamos a la tarde en la cafetería a tomar algo.

-¡Hey Mark!- me saludó desde una de las mesas que solíamos ocupar en la cafetería que quedaba más cerca de nuestras habitaciones. Me acerqué y lo saludé.
-Hola Ryan ¿qué tal tu día?
-Ah, sin novedades. Estuve mejorando mi puntería en el simulador de tiro. Podríamos ir juntos mañana.
-Ah... eso no estaría mal. Yo estuve entrenando en el gimnasio, nunca fue lo mío esto del deporte, pero si me esfuerzo sé que tarde o temprano voy a mejorar... ¿te conté de la vez que me pegaron entre tres?
-Eso debió doler...
-Bueno sí... dolió bastante, pero bueno, a nadie le gusta que le insulten a su madre, y menos si ya no está para defenderse.
-Puedo ayudarte a entrenar si querés, soy bueno en boxeo.
-Ahhh eso me vendría muy bien...
Se acercó a mí y me dijo en voz baja.
-Mirá, a las seis en punto.
Eso era atrás mío así que me di vuelta.
-No podés ser más obvio Mark...- me dijo poniendo su mano en la frente.
-¿Quién es? Vos sí que te fijás en las buenas...
-Es piloto, su nombre es Paola, vino con su padre que es Capitán del Aire.
-Ryan, estás loco, además debe tener diez años menos que vos... es una nena... sin mencionar que su padre va a matarte si se entera...
-Tiene 16 años pero ¿eso que tiene que ver? Además yo todavía no hice nada.
-Bueno, parece que tenés intenciones, aunque admito que es hermosa. Bien, vamos a tener que dejarlo a la suerte...
-¿Qué?
-Claro, tiramos una moneda, el que gana prueba primero. Ryan se empezó a reír y yo me reí con él.
-¿No decías que era una nena y que su padre me iba a matar?
-Ahhh son los riesgos.
Saqué una moneda de mi bolsillo y le dije:
-Cara o cruz.
-Cara.
Arrojé la moneda y la atrapé sobre la palma de mi mano.
-Maldito suertudo.
-La suerte siempre me sonríe- se rió- además, yo la vi primero.
-Bueno, pero sino te da bola voy yo.
-Está bien, sin rencores amigo.
-Claro.
Chocamos nuestros puños en señal de amistad y nos empezamos a reír.

*****

Resultó que Paola nos rechazó a los dos, quizás éramos demasiado "viejos" para su standard, pero aún así, igualmente nos hicimos amigos. Ella y su amiga Lindsey se juntaban con nosotros bastante seguido los fines de semana, resulta que ellas que eran más chicas les gustaba ir a bailar y nosotros no teníamos ningún tipo de responsabilidad así que también nos gustaba salir. Nos tomábamos el trasbordador y nos íbamos a una de las naves civiles. Resultó que nosotros nos convertimos en los guardaespaldas de ellas dos, y la moneda la empezamos a usar para saber a quién le tocaba cuidarlas a ellas esa noche y a quién le tocaba irse con la chica linda.

Pasó el tiempo y Ryan estaba cada vez más metido con Paola, yo le dije que si tanto la quería era mejor que siguiera insistiendo, que seguramente en algún momento ella iba a ceder. La realidad era que a Paola no la veíamos nunca irse con ningún chico y solamente estaba con nosotros dos.
Lindsey era otra cosa, cada tanto desaparecía por ahí y a veces ni siquiera lográbamos encontrarla, muchas veces no la volvíamos a ver hasta el fin de semana siguiente. Yo estuve con ella varias veces, era una linda chica, aunque no era muy conversadora. Se casó un año después, con un piloto y ya no salió más con nosotros, así que empezamos a ser nosotros tres. A veces se nos unían otros pilotos del escuadrón y cuando alguno intentaba chamuyarse a Paola, Ryan se ponía insufrible.
-Frename porque lo mato...
-Calmate Ryan, si armás bardo vas a estar solo, ya sabés que yo no soy bueno peleando...
-Ya mejoraste bastante desde que empezamos a entrenar.
-Sí, pero no quiero irme de acá con la cara llena de dedos.
-¡Pero mirá, es más obvio que vos!
Paola estaba hablando con un chico en la barra que claramente quería algo más que su amistad y Ryan se había puesto como loco.
-¡Hey! No te la agarres conmigo. Además sabés que Paola no le da bola a nadie, hace cuánto que la  conocemos y nunca se fue con ningún chico...
-Seis meses y diez días.
-Uh... si contaste el tiempo ya estás muy mal...
En ese momento el chico que estaba en la barra quiso besarla y Paola se alejó. Ryan corrió hacia allí pero cuando llegamos el chico ya estaba desmayado en el suelo por el golpe de Paola.
-¿Estás bien?- le preguntó Ryan.
-Creo que el que no está bien es el pobre chico...- observé.
-Estoy bien, es un idiota...- puntualizó ella.
-¡Hey ustedes! ¿qué le hicieron a mi amigo?
-Tu amigo estaba molestando a nuestra amiga- saltó Ryan.
El que se acercó claramente sabía levantar pesas, o algo así porque tenía unos músculos impresionantes.
-No pasa nada amigo, todo está bien, yo te ayudo a...
En ese momento sentí la piña en mi cara, sino me sacó un diente cerca estuvo. Ryan saltó y le pegó una trompada al grandote y enseguida se le sumaron dos más.
-Mark ¿Estás bien?- me preguntó Paola.
-Sí... bien... ¡maldito me las vas a pagar!
Justo el tipo había esquivado a Ryan y no se vio venir mi trompada que le dio de lleno en la nariz.
Sacudí la mano y lo miré.
-Eso me dolió...
Ryan se empezó a reír y entre los dos nos empezamos a matar a golpes con el grandote y sus amigos. No pasó mucho tiempo hasta que nos sacaron los de seguridad.
-Mark... estás lastimado...- Paola agarró un pañuelo y me limpió la cara. Ryan todavía seguía sacado.
-Calmate, ya fue, vamonos de este lugar... hay un pub ahí enfrente.
Necesito un trago...
-Yo invito- dijo Ryan, claramente todavía bastante enfadado.
-Es bueno estar con ustedes chicos- dijo Paola y nos sonrió.
Ahí noté que a Ryan se le iba la tensión.
-Bueno, alguien tiene que cuidarte cuando no está tu padre cerca...- puntualizó Ryan.
-El problema es quién la va a cuidar de nosotros- dije y me empecé a reír y ellos se rieron conmigo.

*****

Con el correr de los meses la nave se hizo cada vez más familiar, no me llevó mucho tiempo sentirla mi hogar, estaba bastante acostumbrado ya a viajar en el espacio, así que fue fácil. La mayoría de la gente comenzó a hacer su vida, trabajaban, estudiaban, salían a pasear, como si estuvieran en la Tierra, como si nada hubiera cambiado. La única diferencia era que al ver por las ventanas uno veía la inmensidad del espacio y las estrellas. Mucha gente hizo amigos, otros conocieron parejas, y otros se casaron. El primer matrimonio de la nave fue muy concurrido, lo celebró un cura que había decidido acompañar a la flota justamente para este cometido. No entendía por qué la gente quería casarse, pero bueno, cada uno con sus creencias.

-Me estás jodiendo...
-No te estoy jodiendo, yo peleé en la primera guerra.
-Pero como mucho tenías ¿catorce años? ¿Cómo hiciste para entrar?
-Tenía 15 recién cumplidos, y entré porque me ayudaron mis amigos, mi padre no estuvo muy contento...
Jamás decía quienes habían sido los que me ayudaron a ingresar en la milicia, ni siquiera Ryan lo supo. 
-Nunca hablás de eso
-No me gusta hablar de eso
-Debe haber sido terrible... pelear en esa batalla.
Me quedé pensando, realmente no me gustaba hablar de ese tema, pero con Ryan no pesaba tanto.
-Mi padre nunca volvió a ser el mismo, sin mencionar la muerte de mi madre, nunca lo superó. Murió estrellando su propia nave contra una de las naves de Khyron, al final de la guerra. Salvó mucha gente, o eso me dijeron.
Yo estaba acostado en el pasto artificial de una de las plazas de la nave donde viajábamos, Ryan estaba acostado arriba de uno de los bancos, así que miró hacia abajo donde yo estaba.
-Siempre quieren hacerlo parecer algo heroico, la realidad es que a los hijos eso no les importa mucho.
-¿También perdiste a tu padre?
-Sí, él murió en la batalla contra Dolza. Nunca me dejó acompañarlo al SDF-1, y nunca lo perdoné por eso. Cuando los dieron por muertos mi madre tampoco volvió a ser la misma, pero supongo que sacó fuerzas de donde pudo porque yo estaba allí. 
Ese fue el primer momento en el que me pregunté cómo habría sido para mi madre cuando nos dieron por muertos a papá y a mí...
-Tu padre no te llevó porque seguramente ibas a hacer lo mismo que hice yo, te ibas a meter en la milicia.
-No, no estoy tan loco.
-¿Hubieras soportado ver como todo el mundo salía a combatir, incluído tu padre mientras vos te quedabas mirando por las ventanas?
-A mí no me quedó otra Mark, yo ni siquiera estaba ahí cuando fue la batalla... Yo lo miré desde abajo... 
Sí, quizás Ryan se hubiera sentido la persona más impotente sobre el planeta, y no lo culpo por eso.
-Pero por el momento no hay forma de cambiar el pasado...- continuó.
Me quedé callado unos segundos. No sabía que más decir. Y realmente no quería decir nada más, no quería llegar a la parte de Lucy. Pero Paola me salvó.
-Hola chicos
-Hola Paola- le respondí.
-Pensé que estabas en tu turno- le dijo Ryan.
-Sí, lo estaba, pero lo cambié. Me dijeron que los habían visto venir para acá- se sentó al lado mío en el pasto artificial- ¿De qué hablaban?- preguntó.
-De lo que vamos a hacer mañana- me adelanté.
-Pensabamos ir a ese nuevo bar que abrieron en la nave, seguro va mucha gente por ser la inauguración- dijo Ryan- ¿Venís?
-Como querer quiero... pero no debería...
-¿Por qué?
-Alguien le fue con el cuento a papá de que yo salía con ustedes.
-Bueno, algún día iba a pasar...- dije como al pasar.
-¿Y le vas a hacer caso?- le preguntó Ryan, noté el tono desesperado de su voz, pero ella no pareció notarlo.
-No- sonrió.
Ryan y yo nos empezamos a reír.
-Lo que no entiendo es cómo fue que no se enteró hasta ahora... 
-Porque fui bastante cuidadosa... cuando me entere quien fue el que le dijo...
-Supongo que ningún padre dejaría salir a su hija de dulces dieciséis años con dos hombres facheros como nosotros de veinticinco- le dije.
Ella se empezó a reír. 
-Bueno, los chicos de mi edad son todos estúpidos...
-Me alegro de no ser un estúpido- dijo Ryan.
-Quizás si lo somos...
Ambos me miraron.
-Claro, ahora que tu papá se enteró que andás con nosotros creo que nos va a matar.
-Eso no nos convierte en estúpidos- dijo Ryan.
-Bueno, de la valentía a la estupidez hay un solo paso...
-No me importa lo que diga mi padre, ustedes dos son mis mejores amigos, y no los voy a dejar de ver porque él lo diga.

*****

Quizás Paola quisiera vernos, pero la realidad era que su padre no tenía intenciones de que eso pase. Como consecuencia, Paola siguió saliendo con nosotros como toda buena adolescente que era y poco caso le hizo. Un día estábamos con Ryan en la cafetería cuando un muchacho nos vino a avisar que el Capitán Dubois quería vernos.
Ryan y yo nos miramos, él se encogió de hombros y yo me reí. Era cuestión de tiempo. Terminamos nuestros tragos y nos dirigimos hasta la oficina del padre de nuestra amiga. Los dos estabamos tranquilos, quizás demasiado.
El capitán nos esperaba con su uniforme muy bien planchado y su gorra militar puesta, haciendo gala de su alto rango. Debió sorprenderse de que a Ryan y a mí eso nos intimidara poco. Hicimos el saludo acostumbrado como debe hacer todo buen soldado.
-Teniente Wright, Teniente Reinolds
-Capitán, en qué podemos ser útiles- le dije.
-Siéntense por favor.
Ryan se sentó primero, yo lo seguí.
-Quiero saber, y espero que puedan responderme sinceramente ¿qué quieren ustedes dos con mi hija? ¿Se puede saber qué hacen dando vueltas por ahí con ella?- si bien no había levantado la voz en la expresión se notaba claramente que eso no le gustaba en lo más mínimo. Iba a decir algo yo pero justo Ryan se adelantó.
-Capitán Dubois, Paola es nuestra amiga, nada más.
-No soy ningún idiota, Teniente.
-Y nadie está diciendo eso aquí, lo que dice mi amigo es cierto, Paola es nuestra amiga.
-¿Ustedes son conscientes de la edad que tiene no?
-Lo somos, pero ella es libre de estar con quién así lo decida.
Quizás fue una idiotez, pero era lo que yo creía, y prefería que él se enfadara conmigo y no con Ryan.
-Quiero que dejen de ver a mi hija, a partir de este momento.
-Capitán, disculpe que se lo diga de esta forma y perdón si lo estoy ofendiendo, pero ella es nuestra amiga y yo no voy a prohibirle estar con nosotros si ella así lo quiere. Así que le pido que por favor no me ofenda diciendo que estoy mintiendo cuando no es así.
No era mentira, yo no quería nada con Paola, el que quería era Ryan. Me paré del asiento dispuesto a irme, no había más nada que hablar allí. Ryan no dijo más nada y me siguió.
-Sino dejan de ver a Paola, les juro que les va a costar caro.
Ninguno de los dos dijo nada a esa frase, aunque por dentro lo hubiéramos golpeado.
-¿No fue tan malo no?
-Claro que no, la amistad de Paola vale más que eso, y si a eso le sumo que te iba a tener que aguantar sino la veías más... vale el doble.

Cuando Paola nos abrazó no entendía nada, no era típico de ella dar esas demostraciones de afecto. Para colmo lo hizo en el medio de la calle donde cualquiera hubiera podido vernos, no era que me importara lo que opinara su "altísima excelencia militar" pero a ella podía traerle problemas.
-Gracias chicos
-¿Gracias? ¿Por qué nos decís gracias? Ya bastante raro es que nos abraces...- le dije.
-Me enteré que los mandó a llamar mi padre... perdón por haberles hecho pasar por eso...
-Ah... nada que no hayamos tenido que vivir antes...- Ryan todavía no se recuperaba de la sorpresa, pero logró hablar sin que se notara nada sospechoso.
-Ayer tuve una larga charla con él, espero que lo haya entendido...
-Sí, seguramente lo entendió, no está bien que quiera coartar tu libertad, no tiene derecho- le dije seriamente.
-Solo espero que por mi culpa no tengan problemas...
-¿Qué es lo peor que puede pasar? Realmente sino me ascienden no me preocupa.
Y así fue como estuve desde los veinticinco hasta los treinta y dos años sin subir un rango.

*****

-Hola Mark
-Rick, ¿cómo estás amigo? Siempre llegás primero que yo y eso que sos el ocupado.
El sonrió.
-No es fácil administrar una flota de tantas naves, admito que sin Lisa no podría hacer ni la mitad de las cosas ¿y vos en qué andás?
-Ahhh nada nuevo...
-Me dijeron que tuviste un pequeño encuentro con el Capitán Dubois...
-Porque siempre te tienen que llegar esas noticias en vez de las buenas, por qué no te enterás de que estoy practicando boxeo por ejemplo...
Ambos nos reímos.
-También me llegó que te agarraste a las trompadas en un bar...
-¿Ves? Solo lo malo.
-No vine a darte sermones, al contrario. Sé que sos responsable y estás cuidando a la chica.
-Y asumo que querés saber si tengo algo con ella- me reí- No, no tengo nada, solo somos amigos.
Me miró incrédulo, pero lo dije seriamente así que me creyó.
-¿Sabés algo de Max? Le mandé un mensaje hace unos días pero asumo que todavía no le llegó.
-Nada nuevo, sigue en la UN Spacy. Y creo que ya tiene como cuatro hijos.
-Max sí que no pierde el tiempo en ayudar a repoblar.
-Mark, creo que ser amigo de esa chica no va a ayudar en tu carrera...
-¿Por qué?
-Ese hombre está bastante enojado, y creo que está "moviendo hilos" para que ni vos ni tu amigo suban de rango.
-Ahhh no te preocupes, realmente no me interesa mucho subir de rango en estos momentos y no voy a dejar de ser amigo de Paola solo porque su padre no asume que ella es más madura que el promedio de las chicas de su edad.
-A veces te envidio... siempre estás tan tranquilo. No te preocupa nada, hacés lo que querés...
-Rick, la vida es corta, y hay que vivirla. Nunca se sabe cuando vamos a caer a tierra por última vez. Esa es mi forma de ver las cosas.


*****

Año 2024


Pasaron dos años y el viaje no parecía que fuera a terminar en el corto plazo. No era que me molestara el estado de situación actual, pero no llegar a ningún lado sí me molestaba. Sentía que nunca íbamos a poder lograr el objetivo, que íbamos a llegar cuando ya no sirviera de nada... creo que mi principal defecto siempre fue el querer todo ya.

-Siento que no mejoro nada Paola, ¿de qué me sirve tanto ejercicio...? 
-¿No era que no te gustaba ser tan "débil"?
-Bueno sí, quiero mejorar, pero ¿de qué me sirve correr una hora?
-Tenés que tener buena condición física para mejorar lo otro.
-Qué aburrido...
-Además sí que mejoraste, hace dos años que estás entrenando todos los días.
-Sí, ya sé, pero igual siento que nunca los voy a alcanzar a Ryan y a vos...
-Siento decirte que eso es imposible- y se rió.
-Claro que no lo es, vas a ver como sí lo consigo, solo tengo que seguir entrenando. Es como pilotear, algún día voy a alcanzar a Max...
-¿Estás hablando del Almirante Maximilian Sterling?
-Sí
-¿Lo conociste?
-Claro, es amigo mío, igual que Rick.
-¿El Almirante?
-Sí, ¿qué tiene de malo?
-Nunca me contaste...
-Ahhhh cierto que para muchos esos dos son eminencias, para mí son amigos nada más.
-Nunca te vi tomar un trago con el Almirante.
-¿Habrán sido cuatro veces en estos dos años? Está muy ocupado ahora...
Ella se sorprendió cuando le conté eso, así que siguió preguntando. Era lo malo de nombrar a Max y Rick, que saltaba enseguida mi pasado en el medio.
-¿Y cómo lo conociste?
-En el SDF-1
-¿Estuviste en el SDF-1?
Siempre nombrar a Max o a Rick me traía esos problemas...
-Sí, estuve. Pero si querés saber de mi pasado va a ser mejor que me siente, estoy cansado de correr.
Me senté en el suelo y ella hizo lo mismo, sabía que no se iba a ir de ahí hasta que no le contara todo.


*****

-Ya van casi dos años que conocemos a Paola, y no me ve más que como un buen amigo...
-No te preocupes Ryan, vamos a hacer algo, hay que pasar a las medidas drásticas, es hora de pasar al plan B.
-¿Plan B?
-Claro, me voy a hacer el enfermo.
Ryan se rió.
-¿Harías eso por mí?
-Claro, después me voy a ir a otro pub, pero bueno, Paola nunca se va a enterar porque va a estar con vos y yo voy a ir a la otra punta de la nave.
-¿Creés que funcione el plan B?
-No lo vamos a saber nunca sino lo ponemos en práctica. No apresures las cosas, solo divertite como siempre. Además... acordate que falta un mes para que cumpla 18.
Los dos nos empezamos a reír.


*****


Me senté en la barra y empecé a mirar a las chicas que estaban solas, enseguida me llamó la atención una morocha de pelo ondulado, creo que lo que más me impactó fue el labial rojo que tenía puesto y no era como cuando lo veía en otras chicas, en ella se veía muy natural, como si fuera un color creado para ella. Tenía un vestido negro ajustado que realzaba su esbelta figura y un colgante rojo que combinaba con el labial.
Debo haber sido muy obvio porque enseguida se acercó a la barra y no era para nada tímida.
-¿Qué hace un chico tan lindo solo en la barra?
-Bueno, no parece que esté solo no? Me acompaña una chica hermosa ahora.
-Dos martinis por favor- le pidió al barman- yo invito.
-Y además de hermosa, también me invita un martini... ¿estaré desmayado en la barra otra vez?
Ella se rió.
-Si lo estuvieras y esto fuera producto de tu borrachera supongo que no importaría si nos divertimos igual.
Me gustaba su actitud, parecía que no era la típica chica linda sin inteligencia con las que me cruzaba a veces.
-Seguís sin responder la pregunta...
-No vas a creerme, resulta que siempre salgo con dos amigos, uno de ellos está perdidamente enamorado del otro, y bueno, tuvimos que pasar al plan B porque uno de los lados sigue sin verlo... así que me hice el enfermo. Como consecuencia estoy en la otra punta de la nave, charlando con vos. Ahora es tu turno ¿qué hace una mujer hermosa en este pub sola?
-Hace una semana me peleé con mi novio, y como dicen por ahí "nada mejor que distraerse para olvidarse".
-Entonces conociste a la persona correcta. Un gusto, mi nombre es Mark. Dije y le tendí la mano en señal de saludo. Ella la agarró y me dijo.
-Priscila, un gusto.
-Bueno, ahora que ya sabemos nuestros nombres podríamos bailar un rato. 
Ella sonrió y sin soltarme la mano fuimos a la pista.
Nos pasamos la noche bailando, tomando y riéndonos, realmente la pasé muy bien con ella, era simpática, divertida, hermosa... Realmente haber dejado a esos dos juntos me había traído más suerte de la que esperaba.
-Te acompaño a tu casa- le dije.
-No hace falta galán, todavía puedo tomar un taxi. Quizás nos volvamos a encontrar en este mismo pub, el próximo sábado a la misma hora.
-Solo el destino lo dirá- sonreí.
Le abrí la puerta del taxi y la vi alejarse. 


*****

"Hola Max, ¿cómo estás? ¿Tu familia? Acá sigue todo igual, todavía no encontramos nada. Por suerte nos divertimos bastante, agradezco que haya bares, pubs y chicas lindas. Mañana me encuentro con Rick, hace como seis meses que no lo veo, está siempre ocupado. Bueno, me despido por ahora. Espero que estés bien, si hay alguna novedad te vuelvo a escribir.
Saludos,
Mark.
PD: como no pasó nada mi cuenta sigue en 98. Ya te voy a alcanzar..."


"Mark, me alegra saber que todo sigue bien por allá, aunque esa misión de ustedes me está preocupando un poco, está tardando mucho ya y siempre me cuentan lo mismo, pero bueno espero verlos pronto en circunstancias más tranquilas.
Por acá las cosas están estables. Las colonias son prósperas pero, pese a que todo anda bien y hay trabajo para todo el mundo, siempre hay gente que quiere vivir de otra manera, sin mencionar a los Zentraedi rebeldes que aún nos odian; en esta epoca en la UN Spacy estamos teniendo que hacer mas de policía que de otra cosa, pero se fabricó mucha tecnología y cualquier bandido tiene un mecha.
Te cuento que acaba de nacer mi sexta hija, Maia. Miriya esta muy contenta, pero como siempre, al día siguiente de parir ya estaba volando de nuevo. Le fascinan los chicos, pero se pone neurótica cuando se embaraza porque no la dejan volar, pobre. Lo peor es que ya me preguntó cuando hacemos otra. ¿Y vos? ¿te casaste? ¿estas de novio? ¿algo? mirá que hay que contribuir a repoblar la especie jajajajajjajaja.
Por cierto, mi hija mayor es un problema. Ama demasiado a la Tierra. No quiso venir con nosotros, y el otro día la fuimos a visitar y le preguntamos y no quiere venir. Me preocupa, el gobierno de la Tierra es un estado fascista, están haciendo limpieza étnica con los Zentraedi y están a punto de agarrarse en una guerra planetaria con la EBSIS. La humanidad al borde de la extinción y estos tipos con esas cosas.... En fin, que sigas bien, me despido, atte,
Maximilian Sterling"

Max siempre tan formal, pero me adjuntó foto de su hija y todo, debe ser el padre más baboso del universo. Me sentí un poco culpable de haberle escrito un primer mensaje tan corto, así que decidí que le iba a enviar otro, y me tomé más tiempo para contestar.

"Max, no te preocupes por nosotros, esta misión todos la tomamos sabiendo que podía tardar varios años. Lo único que espero es que no lleguemos tarde a destino. ¿Así que otra vez hay problemas en la Tierra? Si los políticos no fueran tan estúpidos seguramente se ahorrarían un par. Encima otra vez con la EBSIS, deberían empezar a aprender de los errores, pero parece que eso no va a ser posible. Es una lástima no estar allí igualmente, me hubiera gustado volver a cruzarme con mi archienemigo, todavía sigo 2 abajo con él. 
Felicitaciones por tu nueva hija Maia, mandale mis saludos a Miriya, y decile que no se ponga así que es solo un tiempo y después puede agarrar el mecha de nuevo. (Esto no se lo digas pero realmente yo no podría estar tanto tiempo sin subir a mi mecha, así que la entiendo perfectamente...)
Qué te puedo contar de mí... estoy entrenando a full, mi amiga Paola me ayuda con el entrenamiento físico y Ryan me está entrenando en boxeo, al menos me sirve cuando nos agarramos a las piñas en los boliches. No estoy de novio, pero conocí a una chica hermosa que si todo sale bien volveré a ver este sábado. Con respecto a repoblar la especie se los dejo a Miriya y a vos, evidentemente están haciendo un buen trabajo. Y no te preocupes por tu hija Dina, si sabe pilotear su mecha la mitad de bien que vos los que van a tener problemas son los que se la crucen.
Espero nos veamos pronto para charlar, cuando vengas nos juntamos con Rick a tomar algo.
Saludos, Mark.
PD: Me dejaste con la duda, ahora no sé si se agrandó la brecha o sigo a la misma distancia que antes."

*****

-¿Cómo que no podés venir tampoco este sábado?- me recriminó Paola- Ah... ya sé... te estás viendo con una chica...- dijo riéndose.
-Sí, se podría decir que sí.
-Entonces el sábado no estabas enfermo... ¡mentiroso!...
Me dio un golpe en el brazo que me dolió bastante.
-Auch, eso me dolió...
-Si estás saliendo con una chica entonces yo quiero conocerla.
-¿Eh? Deberías esperar que le dure más que dos noches antes de querer conocerla...- se rió Ryan. A él ya le había contado de la hermosa Priscila.
-Bueno, entonces si te dura más de este sábado, el siguiente nos la presentás- dijo Paola.
Yo me empecé a reír, quizás no estaría tan mal tener algo de estabilidad... por un tiempo.


Priscila

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